Vegetarianos al pedal.

 

 Una dieta vegetariana no incluye alimentos de origen animal, pero existen otras modalidades menos estrictas como la ovolactovegetariana, que sí incorpora a la dieta de algunos nutrientes de origen animal como lácteos  y huevos, haciéndola más completa.

Una dieta vegetariana estricta puede acarrear deficiencias nutricionales por falta de algunos nutrientes que sólo están presentes en alimentos de origen animal como proteínas de alto valor biológico, calcio, fósforo, zinc, hierro, vitamina D y B12.

La deficiencia proteica en un deportista puede disminuir su resistencia mental, física e inmunológica debido al catabolismo generado por la actividad física. La vitamina D promueve la absorción de calcio y la falta de éste puede inducir calambres musculares. El hierro y la vitamina B12  promueven la formación de glóbulos rojos y su falta puede desembocar en una anemia. Conviene considerar también aquellos nutrientes que entorpecen la absorción del hierro: fitatos (cereales integrales), oxalatos (verduras de hoja –espinacas, lechuga…-) y taninos (café, té…).

El riesgo de padecer alguna de estas carencias siguiendo una dieta ovolactovegetariana se reduce enormemente, ya que los lácteos y los huevos cubren gran parte de estas necesidades. Aun así, conviene ser prudente y realizar combinaciones de alimentos para asegurar una alimentación equilibrada.

Las combinaciones correctas son entre cereales y legumbres (lentejas con arroz y verduras, por ejemplo) o cereales y frutos secos (pasta con aceites y nueces). Teniendo la posibilidad de ingerir lácteos y huevos las combinaciones se multiplican: muesli con yogurt y frutos secos, ensaladas mixtas con huevo duro y queso, infinidad de pastas y pizzas, verduras con huevo o bechamel,  arroz con leche… Hay que destacar la soya, la única legumbre que posee proteínas de alto valor biológico.