¿Tus frenos no funcionan bien? esta podría ser la razón

 

Hay ocasiones que haces todo lo que se supone que debes hacer para mejorar la potencia de tus frenos de disco y no funciona. Cambias pastillas, limpias adecuadamente, purgas, y  eso sigue sin funcionar.

 

Es probable que sea una avería en los pistones, con una ligera pérdida de líquido de frenos. Esto contaminaría las pastillas y por ese motivo no son capaces de bloquear el disco. A veces puedes detectarlo visualmente, pero en otras ocasiones es más difícil, y solo verás suciedad acumulada alrededor, con aspecto húmedo.

Hay que tener en cuenta que cada vez que frenamos los pistones están sometidos a una fuerza lateral, por la rotación del disco, por lo que los retenes están sometidos a un gran estrés. En función de la marca y modelo podrás encontrar unos de repuesto y hacer tu mismo el cambio. Los pistones salen a presión, bien con aire o líquido. Cambias las juntas y los metes de nuevo con cuidado de que entren rectos, lubricándolos con el propio líquido previamente. Después sólo resta purgar de nuevo el sistema.

 

Los pistones podemos limpiarlos con agua y jabón sin problemas, y ayudarnos de un bastoncillo, o bien utilizar un spray específico para limpieza de frenos de disco, que encontraremos bajo distintas marcas. Hay que recordar que después es necesario lubricarlos y que sólo podemos hacerlo con el mismo aceite mineral o líquido hidráulico (DOT 4, 5 o 5.1) que utilicen. Esto es debido a que los retenes son de una goma específica para cada tipo de fluido. Es decir, que si les pones “3 en 1” como hemos visto en algunos casos, las gomas se deforman.

Puedes impregnar en el aceite un desarmador o un bastoncillo de los comentados anteriormente y humedecer el pistón. Después apaláncalos con cuidado para llevarlos a su posición de reposo y limpia con un papel el aceite sobrante, para evitar que pueda contaminar las pastillas.