Tips para cambiar tu alimentación en 2016

 

La alimentación diaria influye significativamente en el rendimiento de un ciclista. Una dieta adecuada, en términos de calidad y cantidad, antes, durante y después del entrenamiento es necesaria para optimizar el rendimiento. También hay que tener en cuenta la hidratación para evitar pérdidas excesivas de líquido y minerales.

 

Antes del esfuerzo, el plazo mínimo entre la última comida y la práctica del ciclismo debe ser de 3 horas, esto para evitar problemas digestivos y la falta de energía. Por ello, se debe tomar un desayuno no muy pesado y rico en glúcidos, por ejemplo: frutas o zumo, cereales, lácteos con miel, huevo, jamón, queso, café o té.

 

Durante la práctica del ciclismo, se cuenta con oportunidades para beber y comer. Durante las competencias, se deben planificar las comidas, suplementación e hidratación. El cuerpo necesitará mas energía, por lo que necesita agua y azúcar. Por ello, se aconseja tomar una bebida energética cada 15-20 minutos. Los suplementos deportivos son una forma sencilla de aportar energía al cuerpo. Los que más se utilizan además de las bebidas energéticas, son: barritas, batidos alimenticios o concentrados, los suplementos de minerales y vitaminas y los suplementos de electrolitos.

 

Los concentrados son mas eficientes que las barritas energéticas y se aconseja su consumo cada hora o 30 minutos antes de la llegada. Una vez termina el esfuerzo, puede ingerirse un lácteo o una barrita energética, acompañado de una bebida energética o agua con gas.

 

Durante el día, se pueden recuperar energías con alguna botana o tentempié con zumo de fruta, yogurt, pan de especias, barritas de cereales o galletas dietéticas. Por la noche, se recomienda el consumo de féculas (arroz, pastas o sémola), para satisfacer las necesidades de glúcidos, verduras cocidas o ensalada, proteínas (120-150 gramos de carne magra, pescado o ave, o croquetas) y un lácteo.