No te sueltes

En algún punto de nuestras rodadas hemos tenido la fortuna de ser visitados por el “ejército de hormigas”. Estos seres suelen avanzar sobre los dedos y palma de la mano en el momento más inoportuno de nuestra carrera, provocan un efecto indeseable que nos hace frenar para golpetear nuestras extremidades a fin de contrarrestar la sensación de adormecimiento que provocan.

 

Este padecimiento suele producirse por una presión extra del nervio ulnar el cual comienza su recorrido en nuestro hombro, pasa por el antebrazo, entra en nuestra mano por la palma y termina su recorrido en nuestros dedos,  aunque no es una dolencia exclusiva de ciclistas, suele ser habitual por nuestras posturas de apoyo sobre el manillar.

 

A continuación te detallamos 4 hábitos que harán que estos incómodos cosquilleos, adormecimientos y malestares vuelvan a atacar:

 

1. Demasiado peso sobre las manos

 

CAUSA: Si el manillar está demasiado bajo o alejado, o la punta del sillín caída,  soportas parte de tu peso con los brazos y las manos. 

SOLUCIÓN: Elevar el manillar y/o acercarlo al sillín. Verifica con un nivel que el sillín esté horizontal. 

 

2. Tipo de manillar

 

CAUSA:  Si tu manillar tiene poca curvatura o está mal colocado, las muñecas no reposan con naturalidad. 

SOLUCIÓN: Comprueba que las puntas del manillar miren hacia atrás e incluso ligeramente hacia arriba. O sustituye el manillar por otro con más curvatura (9º ó 12º). 

 

3. Absorción de vibraciones

 

CAUSA: Si tus guantes son poco mullidos tendrás mejor tacto pero menos absorción de vibraciones. 

SOLUCIÓN: Disminuye la presión de las ruedas y de la horquilla, para que éstas absorban más los pequeños impactos. 

 

4. Posición de tus manos

 

CAUSA: Mala posición de manos en el manillar.

SOLUCIÓN: Colócalas en diferentes lugares del manillar cuando llanees o asciendas, pedalea de pie para cambiar el peso o utiliza cuernos para colocar las manos en otra posición.