Limpia tus chicotes

1. Extrae la funda de los topes dejando el cambio y desviador en posición de máxima tensión (plato grande) y a continuación, sin girar las bielas, suelta tensión desde los mandos, seleccionando plato pequeño. De esta manera la funda se quedará suelta, floja y se extraerá del tope con facilidad.

2. Asegurándonos de que no haya suciedad acumulada en la entrada de la funda vertemos una gota de aceite y a continuación ayudamos a su penetración moviendo la funda sobre el cable. Repetimos la operación varias veces y desde los dos extremos de cada uno de los trozos de funda, con especial dedicación al más cercano al cambio trasero, el más expuesto a las inclemencias. Después volvemos a colocar la funda en los topes y damos un tirón moderado al cable en varios sitios para asentar los topes en su lugar y evitar desajustes.

3. Si en nuestra bici los cables de cambio y desviador discurren bajo el eje de centro entenderás que es vital tener la guía medianamente limpia y engrasada, con grasa consistente, en la zona de fricción con los cables. Evidentemente hay que vigilar con frecuencia esta zona que está en contacto directo con el lodo y agua salpicada desde las ruedas.

4. Para minimizar el efecto pernicioso del lodo y agua en el interior de la funda una solución ideal es montar algún tipo de tope o sellado aislante. El Nightcrawler de SRAM, por ejemplo, es de lo más sofisticado y eficaz que podrás encontrar.

5. Aún con todos los remedios y normas de actuación rigurosamente respetadas nuestra bici se merece algún día que repongamos los cables y fundas, en los que el rozamiento va creciendo inevitablemente hasta que el tacto o precisión se comprometen. Un par de veces al año no viene mal el recambio, y qué mejor que al hacerlo coincidir con esta época en la que más crítica se puede poner la situación.