Lesiones de clavícula

 

 

No importa el tipo de ciclismo que practiques, esta lesión persigue a muchos de los amantes de las dos ruedas sin discriminación alguna.

 

Las fracturas de clavícula y las luxaciones de la articulación acromio-clavicular (A-C) suponen las lesiones más frecuentes de la patología traumática o accidental en el ciclista, junto con las fracturas del olécranon en el codo y del escafoides en la muñeca. La secuencia de producción se origina tras una caída, con un golpe directo sobre la clavícula o la articulación acromio-clavicular o, indirectamente, al apoyarnos en la caída sobre la mano y transmitirse la energía del traumatismo sobre el hombro . La sintomatología de las fracturas de clavícula cuando están desplazadas es muy evidente, con dolor, deformidad y movilidad anormal del hombro, impotencia funcional de la extremidad y actitud característica del herido sujetándose el brazo. Algo semejante ocurriría con las lesiones de la articulación acromio-clavicular, en este caso la deformidad estaría localizada sobre la articulación y dependerá del grado de luxación con una mayor o menor  elevación de la clavícula. 

 

El diagnóstico se hace con radiografías simples del hombro. En determinados casos de luxaciones de la articulación acromio-clavicular, se realizan radiografías comparativas y forzadas de ambos hombros: con el herido incorporado se toma un peso de unos 5-10 kilogramos en las manos para hacer más evidente la elevación de la clavícula. En el caso de las fracturas de clavícula hay que descartar complicaciones nerviosas (pérdida de sensibilidad y de fuerza de la extremidad), vasculares (pérdida del pulso radial) y pulmonares (dificultad respiratoria por neumotórax). 

 

Tratamiento de fracturas

 

El tratamiento tiene como finalidad la consolidación de la fractura y mantener la longitud de la clavícula para conservar la potencia de la extremidad superior. 

 

Tratamiento conservador: Si los extremos de la fractura están en contacto y el desplazamiento es moderado se coloca un vendaje en “8” ajustado y adaptado a la morfología  del paciente durante un periodo de 4 a 6 semanas que puede ser seguido de un periodo de rehabilitación para recuperar movilidad y fuerza. En algunas fracturas más desplazadas se puede realizar inicialmente una maniobra de reducción que consistiría en tirar de los hombros hacia arriba y  atrás con una contrapresión en la zona interescapular. Estas maniobras son dolorosas y en muchas ocasiones mal toleradas. 

 

La ventaja del tratamiento conservador es la baja incidencia de complicaciones. No obstante entre las posibles complicaciones estarían la ausencia de consolidación (seudo artrosis) y la deformidad -por abultamiento- de la clavícula por la falta de reducción anatómica de la fractura y por un callo óseo exuberante (callo vicioso) que, en general, es bien tolerado. Entre los inconvenientes está el tiempo de inmovilización y las molestias del vendaje. 

 

Tratamiento quirúrgico: Si el desplazamiento es importante, no hay contacto entre los extremos de la fractura en ciclistas profesionales o en otros deportistas que requieran una rápida reincorporación al deporte. El método preferido es la fijación (osteosintesis) con placa y tornillos; otras alternativas, menos utilizadas, pueden ser la colocación de agujas intramedulares.  Las ventajas son la rápida movilización de la extremidad y la reducción anatómica de la clavícula. Las complicaciones estarán relacionadas con la cirugía: infecciones, lesiones vasculares o nerviosas debidas a la reducción y a la colocación del material de osteosíntesis, así como la intolerancia al mismo ya que, al ser un hueso subcutáneo, el material (placas y tornillos) puede producir molestias, requiriendo una nueva cirugía para retirarlo. 

 

La ausencia de consolidación también puede ser una complicación, así como la ruptura del material de osteosíntesis. 

 

El tratamiento dependerá del grado de luxación. En el esquema se distinguen tres estados de afectación: 

  • Esguince o Grado I: estiramiento de la cápsula y ligamentos acromio-claviculares sin rotura. Los ligamentos coraco-claviculares están indemnes. Hay inflamación y dolor sobre la articulación A-C. No hay deformidad. 
  • Radiografía normal. El tratamiento es cabestrillo 7-10 días y antiinflamatorios. 
  • Subluxación o Grado II: rotura de cápsula y  ligamentos acromio-claviculares. Los ligamentos coraco-claviculares están indemnes. Hay deformidad de la A-C con signo de la “tecla” positivo. En la radiografía puede verse una discreta elevación del extremo externo de la clavícula. El tratamiento es como en grado II pero durante 3 semanas. Se pueden añadir vendajes funcionales para “descenso” de la A-C mediante un vendaje sobre el extremo externo de la clavícula tirando hacía abajo y alrededor del codo flexionado 90º, aunque no suele tolerarse.
  • Luxación – Grados III, IV, V y VI: rotura  de cápsula, ligamentos acromio-claviculares y coraco-claviculares. En las luxaciones de grado III se produce una elevación de la clavícula de un 25-100%. Dentro de las luxaciones se incluyen los grados IV, V y VI: así en el grado IV el desplazamiento de la clavícula es hacia atrás al interior del músculo trapecio y las de grado V son más graves con mayor desinserción del deltoides y trapecio con una elevación de la clavícula mayor de 100-300%. En el grado VI, menos frecuente, la clavícula está luxada inferiormente respecto al acromion. Los síntomas son llamativos con  dolor e impotencia funcional del hombro, deformidad evidente por ascenso del extremo externo de la clavícula. En las radiografías se objetiva la elevación del extremo externo de la clavícula. El tratamiento aconsejado para los grados IV, V y VI así como en los grados III en deportistas es quirúrgico mediante reducción de la luxación y la reparación de los ligamentos coraco-claviculares o en su defecto realizar una “plastia” de los mismos para mantener descendida la clavícula. Las luxaciones grado III en practicantes de  determinados deportes de contacto en el que el riesgo de volver a lesionarse es alto como en el rugby, fútbol, judo…, así como en pacientes sin mucho requerimiento físico, se puede indicar un tratamiento conservador. El defecto estético normalmente es bien tolerado  y sólo en caso de persistir sintomatología dolorosa se indicaría un tratamiento quirúrgico consistente en la extirpación del extremo externo de la clavícula para eliminar el dolor y además intentar descender la clavícula con una plastia de los ligamento coraco-claviculares.