La transición entre dos temporadas

 

Para el que sólo sale a pedalear por placer y con la única intención de mantenerse en forma, introducir en la temporada un periodo de transición quizá no tenga sentido. Pero si lo que quieres es desconectarte de la bici, tendrás otras alternativas deportivas para no perder la forma en exceso.

¿PERDERÉ LA FORMA?
Siempre que descanses vas a perder forma. Pero hay que renovarse o morir. La vida deportiva de un ciclista está formada por un gran macrociclo, a su vez configurado por otros macrociclos: las temporadas. Si entrenas adecuadamente y las planificas bien, irás adquiriendo adaptaciones en tu organismo que se consolidarán. Si lo quieres comprobar es muy fácil. Sólo tienes que anotar la velocidad que desarrollas al inicio de un año a una determinada frecuencia cardiaca y compararla con la que alcanzas en los comienzos del siguiente. Descubrirás que a la misma frecuencia cardiaca de la temporada anterior vas a mayor velocidad. Por decirlo de algún modo, cada año comenzarás en un escalón superior, pues habrás hecho una inversión fisiológica a largo plazo, que te dará la oportunidad de empezar una temporada y acortar el periodo de acondicionamiento a ocho semanas si viene al caso. Dicha circunstancia repercutiría a final de año, pues podrías alargar tu actividad al saber que no necesitas tanta base.

 

EL PERIODO DE TRANSICIÓN
Existen distintas posibilidades para aplicar el periodo de transición. Depende del perfil ciclista y en particular si eres especialmente competitivo. Debes ser respetuoso y completar el descanso obligatorio. De nada te sirve dejar de salir en bici y, aprovechando el fondo del que dispones, preparar carreras a pie. Así, además de tener un alto riesgo de lesión debido a la descompensación muscular existente entre ciclista y runner, comprometerás el inicio de la siguiente temporada.

 

CUÁNDO COMENZAR
Como ya hemos comentado, dependerá de tu perfil como ciclista. Sobre todo influye cuándo quieres comenzar la próxima temporada. Y ser conocedor que una vez iniciada, necesitas unas veinte semanas para alcanzar el máximo estado de forma -en el caso de realizar un solo pico-. Lo mejor es verlo con un ejemplo: Para la temporada 2015/2016, vamos a suponer que quieres encontrarte al máximo nivel para los meses de mayo y junio. Teniendo en cuenta que necesitas unos cinco meses para comenzar el periodo competitivo, esto implica que la preparación debería comenzar en noviembre. Si inicias la temporada 2016 en noviembre, en octubre deberías realizar el descanso total. Lo mejor es que no dejes de salir y realices un periodo competitivo ficticio, por ejemplo, los fines de semana haz una salida intensiva. Se ha dado más de un caso en el que ya que no saben cómo plantearlo y comienzan una base excesivamente temprana con el fin de alargarla. Así corres peligro de estancarte debido a la falta de estímulos específicos y, en el caso de que los apliques, puedes adquirir la forma demasiado pronto.
Como ya hemos apuntado, es un ejemplo sujeto a múltiples combinaciones. En algún otro artículo hemos detallado cómo se pierden las adaptaciones adquiridas a lo largo de la temporada, en función del tiempo de parón que hayas aplicado. Existen múltiples estudios que han descrito dichas pérdidas, en este caso son las conclusiones referentes a uno realizado por Mujika y Padilla en 2001.

 

CONSUMO MÁXIMO DE OXÍGENO (VO2 MÁX)
Es a partir del décimo día de inactividad cuando se comienza a perder progresivamente dicho consumo máximo de oxígeno. Una vez se llega a la sexta semana de parón, se estabilizarán los valores de consumo y se situarán ligeramente por encima de los genéticos. Si tienes que parar más de dos semanas, la pérdida sería de un 10%. En parte también es debido a la pérdida de capilarización muscular. A está pérdida debes añadirle la que consigas con la ganancia de peso. No olvides que el peso es un factor muy importante en la ganancia o pérdida del V02 máx.

DEPÓSITOS DE GLUCÓGENO
Al cabo de tres semanas de inactividad su almacenamiento se ve reducido a los valores de alguien no entrenado y vendrán determinados por la genética.

 

EL CORAZÓN
Habrás comprobado que en cuanto pares tres o cuatro días, se pierde el tono cardiaco y las pulsaciones suben al mínimo esfuerzo. El aumento del corazón es debido al crecimiento de las dimensiones internas del ventrículo izquierdo, a consecuencia de un entrenamiento de resistencia, en el que volverás a basar tu principio de temporada. Pero de momento, estas vacaciones recomendadas tendrán esos efectos sobre tu músculo cardiaco. Las pulsaciones en reposo aumentarán entre un 0% y un 7% en 14 días. Las pulsaciones submáximas aumentarán de un 5% a un 10% en 10/14 días. Las pulsaciones máximas aumentan de un 5% a un 10% en 10/14 días. Las pulsaciones en recuperación pierden de un 7% a un 16% en 21 días. La presión sanguínea media aumenta de un 8% a un 12% en 21 días. El volumen de eyección de sangre se reduce de un 10% a un 12% en 12 días. Se estima que con un descanso total de tres semanas de duración, el ventrículo izquierdo sufre una reducción comprendida entre el 4% y 21%.

EL MÚSCULO
La masa muscular total puede verse reducida en tres semanas de un 1% a un 5%. El descenso de vasos capilares que lo envuelven mermarán su cantidad en un 6% tras un descanso total de 15 días, por lo que se verá afectada su oxigenación, alimentación y eliminación de toxinas. Las enzimas oxidativas, que intervienen en las reacciones químicas para la obtención de energía, pueden bajar entre un 23% y un 45% tras descansar 10 días.

 

LACTATO Y SU RECICLAJE
Cada semana que pasa sin entrenar, el lactato acumulado en la sangre tiene una concentración mayor. Un esfuerzo realizado al 90% de la frecuencia cardiaca máxima en el que se puede alcanzar una concentración de 4 milimoles/l de lactato, al cabo de cuatro semanas de inactividad supone un aumento de la concentración de lactato en sangre de un 200%. En las dos primeras semanas la pérdida es mucho más discreta.