La jungla de concreto
Estamos en la CDMX, donde el 0,9% de los viajes se hace en bicicleta. Los capitalinos se desplazan en dos ruedas buscando una mejor calidad de vida y un medio de transporte eficaz que no los deje tirados.
Dentro de esta selva de concreto (donde no puedes dejar que el tiempo de traslado te absorba) se encuentra el estudio de Natán de la Torre, quien se dedica a dibujar y ser ciclomensajero (bicimensajero) en sus ratos libres. Cada día recorre aproximadamente de 30 a 50 kilómetros, utilizando toda la ciudad como su segunda fuente de trabajo, reduciendo así los tiempos entre las personas, los bienes y los servicios. Lo que acerca a Natán y su bici no es el dinero ni la salud, sino el círculo de amigos en donde todos son libres y no quedan de verse para ir al cine, comer o salir de compras, pues se encuentran sobre la marcha. Unos utilizan bicicletas de ciudad; otros, adaptaciones para la misma (ya sean 700 fijas con frenos o sin ellos; 29’ de montaña, adaptadas para ciudad; con llantas lisas o 28’, como los taqueros de canasta). “Si te gusta el frijol, pues vas. Hay para todos”.
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Tampoco es que tenga que ser así, hay gente que se mueve en unidades plegables u eléctricas, entre otras. Así como hay personas que la usan para desplazarse de un punto A a uno B en línea recta, también están los que no lo hacen de este modo y utilizan cada parte de la metrópoli como su patio trasero.
Cada mañana, Bernardo Rodríguez, ciclista desde los cinco años, sale a apropiarse de lo que parece ser una escena cotidiana, para incluirse en ella de una manera distinta. Aquí las bancas, los edificios y los barandales son obstáculos que hay que sortear. La idea de esta modalidad, llamada trial, es subir y bajar tantas cosas como se atraviesen. Es muy importante el uso de frenos y técnicas específicas, como el balance del cuerpo y la bicicleta sin movimiento. Se puede utilizar desde una R20 hasta una R26, cuya característica primordial es que no tienen asiento para que cuando brinquen éste no pegue con la parte trasera del cuerpo. Bernardo se dedica al mundo de las bicicletas desde hace varios años. Sus amigos suelen tomar lo mejor de sus experiencias.
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El ABC del trial
Ánimo y mucho esfuerzo son dos cosas que se necesitan para sacar nuevos trucos y seguir con la evolución diariamente. Daniel, alias “TT Boy”, utiliza las partes altas de Ciudad Universitaria como lugar de entrenamiento. También están a los que les gusta bailar con la dos ruedas y prefieren un lugar específico con suelo liso para desenvolverse en esta modalidad llamada Flat Land, que fue presentada mundialmente por las leyendas del Bike Stunt, Bob Haro y RL Osborn, a comienzos de los 80.Consiste en realizar giros arriba de los pegs, el cuadro, el manubrio, en un sinfín de combinaciones, pero siempre procurando no tocar el suelo con los pies.
Iván Valdez-Bubnov es maestro e investigador de Historia Marítima en la UNAM, y desde hace bastantes años va cada fin de semana al estacionamiento del estadio de Ciudad Universitaria a practicar de cuatro a cinco horas. A pesar de su edad, sigue con el flow y la actitud de un joven de 15 años. Los amigos van y vienen, pero siempresaben dónde encontrarse, pues todos están enterados de que en ese lugar el pavimento es regular. Su modalidad de BMX es el Park, que se practica en circuitos cerrados (la mayoría de las veces en medio de las grandes urbes), utilizando rampas y barandales como su principal ayuda.
Román Yllescas pasea por el barrio y acude al parque de Huayamilpas para verse con sus amigos y pasar ratos agradables. Él tiene 22 años. Desde los 10, su casa y zona de confort quedan entre esas rampas. El barrio es su mejor spot para salir cada día. También está la modalidad de Street, donde no importa el lugar en que te encuentres y con quien lo hagas, pues siempre hay personas que tienen nuevas líneas que no imaginabas.
Luis del Olmo se dedica a buscar y observar aves. Mientras está en un sitio, sus amigos lo acompañan y pasan el tiempo jugando Bike, con la finalidad de tener un ganador, lo que lo motiva a aprender nuevos trucos. Pensamos que las únicas bicicletas que pueden ir sobre las banquetas, monumentos o escalones son las R20, pero estamos equivocados, ya que varios lo hacen con R24 y R26, como Antonio Duch y Andrés del Toro, quienes constantemente buscan nuevos spots para explotar la ciudad al máximo. Cuando termina la jornada, alguien se tiene que encargar de las bicis: todos llegamos a la casa o el taller preferido para pasar un momento agradable con nuestras dos ruedas, las cuales piden aceite, grasa, un poco de ajuste y descanso para salir al siguiente día a apropiarnos, nuevamente, de esta selva de concreto que nunca se detiene.
