La importancia de la bici en la historia de la mujer

 

Todos sabemos que la bici es un medio de transporte responsable con el medio ambiente, una vía para mantenernos mas sanos y fuertes y hasta una forma divertida para convivir y pasear, pero ¿sabias que también representó un hecho sin precedentes para la liberación femenina en el siglo XIX?

La publicidad de la época mostraba un nuevo tipo de mujer: uno que no temía exhibirse con cigarrillos en la mano o en una postura que pudiera parecer «poco decorosa». La imagen de una mujer en bicicleta era a la vez la de la posibilidad de ir a cualquier lugar, de éxito, independencia y autonomía.

El escándalo fue tal, que incluso llegó a discutirse que nadar en bicicleta causaba afecciones a las atrevidas: insomnio, dolor de cabeza, palpitaciones, depresión. Los supuestos daños podían percibirse incluso en el semblante. Por supuesto, la manera de curarse era regresar a las labores domesticas y comportarse como señorita.

En 1895, un periódico neoyorquino publicó un “listado del NO” para las ciclistas: no desmayarse, no rechazar ayuda para subir cimas, no acudir a la iglesia en atuendo de bicicleta, no utilizar los modismos hablados por los hombres ciclistas, no pedalear en la obscuridad sin un acompañante masculino, no usar el pelo suelto, no sumarse a todas las tendencias “solo por andar en bicicleta”. En fin, una sarta de tonterías e irreverencias.

¿Te das cuenta de toda la energía y esfuerzo que han puesto algunos solo para inventar reglas morales que solo aprisionan a las mujeres? ¿Cuántos prejuicios no habremos aceptado ya como formas incuestionables de vida?

Es una lastima. De haber tenido la opción, hasta Lady Godiva hubiera liberado a su pueblo en bicicleta.