La comida de la verdad

 

Al llegar de entrenar ha quedado claro que las dos primeras horas son las más importantes para recargar los depósitos de glucógeno y reparar el posible daño muscular. Es lo que se conoce como la ventana anabólica y es cuando el músculo se encuentra más ávido para recolectar glucosa. Por lo tanto, además de los primeros treinta minutos donde sería fundamental ingerir carbohidratos en forma líquida en forma de preparados que contengan maltodextrina, dextrosa, amilopectina o glucosa, la posterior comida sólida debe estar compuesta de carbohidratos de índice glucémico. Aquí te dejamos unas ideas para que seas tu mismo quien se prepare el menú.

 

PRIMEROS PLATOS

– Sopa de fideo o cualquier sopa de pasta

– Arroz blanco

– Puré de papa

– Ensalada de pasta o arroz blanco con semillas de sésamo

– Pasta con tomate

– Pastel de calabaza

– Pizza con tomate, verduras y atún

– Papa al horno

 

Evitar: legumbres, productos integrales y exceso de aceite.

Te recomendamos: poner una pizca de sal más de lo que habitualmente acostumbras

 

SEGUNDOS PLATOS

 

– Pescados blancos 

– Carnes blancas (pollo, conejo y pavo)

 

Evitar: pescados azules por su alto contenido en grasa (aunque sea saludable) y eliminar la piel del pollo por contenido graso.

 

POSTRES

 

– Natillas de leche descremada, puede combinarlo con las famosas galletas Marías.

– Coctel de frutas

– Crepas con mermelada

– Plátano

 

En caso de que la salida o entrenamiento haya sido excesivamente intenso, el hígado y riñón tendrán excesivo trabajo para filtrar toxinas derivadas del catabolismo muscular, por lo que no estaría de más que la primera comida sólida solo estuviera compuesta por un primer plato (con una ensalada por ejemplo) y postre. Si consumes pan que NO sea integral.