La cadena y sus trucos

 

Dependiendo del uso al que la hayamos sometido, una cadena hay que reemplazarla entre los 3.000 y los 5.000 kilómetros, corriendo el peligro, en caso de apurarla, de desgastar los dientes de los platos y piñones más utilizados.

Aunque es una operación que requiere del uso de algunas herramientas especiales, se puede llevar a cabo perfectamente por cualquier aficionado, a cambio de seguir escrupulosamente la metodología recomendada por cada fabricante.

El mantenimiento
Además de los kilómetros, hay otros factores que influyen en la vida útil de una cadena, los principales son la limpieza y el engrase. Para limpiar la cadena podemos emplear cualquier producto desengrasante específico o bien un disolvente con base oleosa (gasoil) pero, una vez retirada la suciedad, hay que volver a engrasarla, recurriendo a un aceite específico.

 

La cadena cruzada
Además del desgaste producido por el rozamiento hay otro enemigo de la cadena: el trabajo cruzado. Aunque el cambio de la bicicleta nos permite disponer de 20 (10×2) 0 22 (11×2) relaciones de cambio plato/piñón, debemos evitar pedalear con selecciones extremas (plato grande/piñón grande o plato pequeño/piñón pequeño) ya que la cadena, en estos supuestos, trabaja con los eslabones ladeados y se acelera su desgaste.

 

¿Cuándo cambiarla?
Salvo que tengamos un comprobador de alargamiento de los eslabones (regla calibrada especial) y sepamos utilizarlo, lo mejor será que llevemos anotados los kilómetros transcurridos desde el último cambio y la reemplacemos entre los 3.000 y los 5.000 km. Los elementos que aceleran el desgaste de la cadena son la lluvia (al rodar con la cadena mojada el lubricante no cumple su cometido y se desgasta más) y su uso en competencia, debido a que la transmisión es sometida a un mayor par de fuerzas en los sprints y cambios de ritmo.

 

Herramientas de trabajo
Herramientas: tronchacadenas y alicate universal.
Otros: brocha y desengrasante para limpiar platos y piñones y trapos.

 

A tener en cuenta
Mejor cortarla un poco larga; si nos equivocamos y cortamos algún eslabón de más tendremos que utilizar dos eslabones de cierre para alargarla y eso debilita la cadena.
Sacar la cadena del plato, bajándola a la caja de pedalier (debajo del plato pequeño) dejamos el tensor al mínimo y podemos manipular el tronchacadenas más cómodamente.
Contar eslabones es más fácil que medir la cadena con las roldanas del cambio. Es contar los eslabones de la vieja y cortar la nueva igual de larga.

 

Al cerrar la cadena con un bulón de unión (pin), comprobaremos que el eslabón de cierre se articula correctamente; de no ser así actuaremos con el tronchacadenas en sentido contrario al utilizado cuando metimos el pin, para moverlo unas centésimas dentro de la cadena hasta lograr que recupere la movilidad.
Pasamos la cadena por las roldanas del cambio trasero y, posteriormente, por la caja del desviador de platos.

Con la ayuda del troncha, sacamos un pin completo. Hay que tener en cuenta que los eslabones se cortan por pares, siendo imposible unirla de otro modo.

 

Es imprescindible utilizar un pin de cierre para unir correctamente la cadena. Todas las cadenas nuevas van equipadas con uno de repuesto, pero en las tiendas de bicicletas también los venden sueltos.
Utilizando de nuevo esta herramienta, haremos pasar el bulón por el interior de los eslabones a unir. Una vez realizada la operación, con la ayuda de un alicate, romperemos la guía del pin sobrante.