Haciendo las pases

Mucho se ha hablado de la participación de las mujeres en el deporte. Algunos se preguntan si las mujeres pertenecen a este mundo, antes dedicado solamente al sexo masculino. Mi respuesta es: ¡obvio que pertenecemos en el mundo del deporte! Sobre todo en el de dos ruedas. Y estoy segura que muchas mujeres me apoyan en esta afirmación. Una sonrisa se me dibuja en la cara cada que veo a una chavita en bicicleta. Y todavía más contenta me pongo cuando leo que en México eso de ser mujer y andar en bicicleta ya no es tabú. Lorena Dromundo, Da- niela Campuzano, Carla Salgado y Lorena Morfin, son tan sólo unos nombres que se me vienen a la cabeza como ejemplo de esto.

Ser mujer y andar en bicicleta con puros hombres puede ser un poco intimidante al principio, o más bien dicho, bastante intimidante. Y lo digo porque a mi me pasó. Ahora me da risa, pero una de las grandes barreras que tuve que derribar mentalmente fue hacer pipí. ¡Me acuerdo lo complicado que fue decirles a todos los chavos con los que salía a pedalear que tenía ganas de hacer pipí! ¡Me moría de la pena! Y siempre buscaba el lugar más apartado para hacer el malabar de quitarme el jersey, luego los bib shorts y por último poder realizar la tarea de hacer pipí. Y es que, cuando empecé a andar en bicicleta usaba bib shorts que, aún y cuando eran diseñados específicamente para mujeres, la verdad es que era una odisea ir al baño trayendo esas cosas. Ahora he optado por la versión de shorts con lycra.

Salir con puros hombres definitivamente me ha ayudado a subir mi nivel de condición física y mi manejo en terreno técnico. Pedalear con hombres también me ha ayudado a ver las cosas de distinta forma. ¡Es increíble lo cierto que es eso que dicen que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus! Sin embargo he aprendido una infinidad de cosas de ellos, y no sólo relacionadas con la bici, sino con la vida cotidiana que ahora, para mi, es la misma cosa. Aprendí a planear viajes y no frustrarme cuando algo no salía como lo había previsto; que un gansito y una Coca-Cola son un manjar después de un recorrido épico; que el color de tu pipí indica el grado de deshidratación por el que estás pasando; que una cerveza es la dosis perfecta de carbohidratos; que se tiene que sufrir un poco (o bastante) en la subida para poder disfrutar la recompensa de un buen downhill; que estando en un país diferente, sin conocer a nadie, en la tienda local de bicicletas siempre te vas a sentir en casa; que las apariencias engañan y el tamaño de las pantorrillas no determina que tan rápido puedes pedalear; que eso de que la ropa, accesorios y componentes sean específicos para mujer o para hombre, tiene su razón der ser; pero lo más importante que he aprendido es a no hacer promesas sin tener la mas mínima intención de cumplirlas. ¡Todo esto gracias a ellos!