Futuras estrellas

 

 

Rayman Fournier

Un año, es todo lo que ha necesitado este joven ciclista para llegar a los más alto del podio en el downhill mexicano.

 

De pocas palabras, así es como describen al joven Ray quienes lo rodean, pero al momento de sentarse con nosotros a platicar, notamos todo lo contrario. Bueno, quizá sí no sea la persona más dicharachera del mundo, pero desde luego que notas su pasión por el ciclismo de descenso en cada una de sus palabras. Lo primero que queríamos saber era cómo fueron sus inicios, y una carcajada general se escuchó en nuestra redacción cuando el rider nos explicó acerca de ello. “Tenía como tres años, mi papá agarró una bicicleta sin llantitas, una cuesta abajo, entonces me aventó y luego luego aprendí”. Nos cuenta Ray, que ahora vive en Bugambilias. 

 

Evidentemente, con esos comienzos tan “extremos”, podrán imaginar que su gusto por el ciclismo de descenso no tardó mucho en aparecer. “Cuando me mudé con mi familia a Bugambilias, conocí a un amigo que también montaba, pero no sabíamos que vivíamos cerca de una pista de Downhill. Así que mirábamos a los más grandes aventarse, nos acercamos y nos enseñaron lo que es el Downhill”, nos explica quien ya ha participado en Downhill Taxco.

Seguro te preguntarás: ‘¿apenas 14 años y ya se avienta pistas como las de Taxco?’ Pues sí, el joven es todo un intrépido y un amante de la velocidad. “Me dedico a correr Downhill porque me encantan los brincos y la adrenalina que se siente al bajar por ellos”. Todo esto está muy bien, pero un chavo tan joven, no puede dedicarse solo a entrenar ciclismo de montaña. Ray compagina sus estudios en la escuela con sus entrenamientos encima de la bicicleta. “Practico Cross-Country para que me ayude en el pedaleo, ruta para mejorar mi condición física y BMX para depurar mi técnica, sobre todo en los brincos. Todo esto lo acompaño con mis estudios. Primero asisto a la escuela, luego regresando me voy a andar en bicicleta, y cuando vuelvo hago mis tareas hasta la hora de irme a dormir. A veces puede que me toque quedarme hasta la una de la mañana y otras acabar más temprano, depende de la tarea”, nos cuenta el subcampeón del serial nacional.

 

Como todo buen deportista, Ray, además de ser muy constante para compaginar estudios y entrenamiento, también es muy ambicioso y a pesar de llevar solo dos años y medio haciendo Downhill y uno compitiendo, se plantea objetivos como ganar el serial nacional o representar a México a nivel internacional. “El año pasado quedé segundo en el serial nacional y este 2015 me gustaría ganarlo, además también me hace mucha ilusión ser seleccionado para los Panamericanos”, nos cuenta el exitoso chavo.

 

Con el nivel que tiene Ray, y a pesar de ser muy joven, las marcas ya empiezan a fijarse en él y por suerte no le faltan patrocinadores. “Me apoyan firmas como el equipo de MDH Bikes, Commencal, goggles 100%, suspensiones MRP, All Mountain Style, casco Urge, ropa Royal, zapatos FiveTen, chainguide e.13, protecciones 7iDP, Taller Hexcentrix y pedales HT. La bici que uso es la Supreme DH, que me ayuda mucho con los brincos, como, por ejemplo, los de Taxco, y la elegí porque desde siempre quería tener una Commencal, además que me encanta su diseño y manejo”, finaliza Ray sobre todos sus apoyos.

 

Marco González

A su corta edad, ha rodado en las marchas ciclistas más demandantes del país. aquí en BIKE tenemos su historia.

 

El es Marco González y tiene apenas 13 años, va en segundo de secundaria. Entre sus logros deportivos ha quedado en primeros y segundos lugares de su categoría, dentro del triatlón, participado en rutas ciclistas en las cuales no hay categoría para su edad en México, esto lo hace un pionero en cuanto a las distancias largas a su corta edad.

 

El comienzo… A los cinco años tomó su primera bici y a los cinco minutos ya sabía usarla. Su padre Edmar González se dio cuenta que nació con la misma pasión y amor al ciclismo que él, pues bastaron apenas unos minutos después de haberle quitado las “llantitas” para que Marco aprendiera a andar en bici. A los 10 años lo empezó a tomar en serio y se percató de que el “fondo” era lo suyo, ¡aunque eso no quiere decir que sea lento, y nos consta! pues lo vimos en acción durante la ruta “México-Acapulco en un día”. Más de 380 kilómetros y 20 antes de llegar a la meta estaba en perfecto estado y hasta podríamos decir que muy cómodo. (Por supuesto que nosotros nos sentíamos devastados… Pero esa es otra historia). 

 

También ha recorrido la temible Quebrantahuesos México, el Gran Fondo México-Malinche, y algunas de 200 kilómetros y más… Retos para los cuales se ha preparado durante años, de hecho Marco quería hacer desde un año antes la México-Acapulco y su padre-coach no lo dejó, pues creía que era muy joven para intentarlo. Fue hasta diciembre de 2014 que lo consiguió y fue un reto que lo hizo pensar en el siguiente paso, a ser un profesional. A soñar con estar en competencias mundiales como el Giro de Italia o, por supuesto (y ¿quién no? ), el Tour de Francia.

 

Un Paso Más… Marco nos platica de sus sueños y nos asombra escucharlo tan maduro, tan en contra del dopaje y saber disfrutar del paisaje, el viento que le da en la cara y también saber que los ciclistas somos reconocidos por cuidar el medio ambiente. Además convive con su papá y eso los hace estar más unidos (durante la ruta en que los conocimos a su padre le costó más que a él, pues iba enfermo y hubo momentos en que tenía que esperarlo). El triatlón de Valle de Bravo, repetir la México-Acapulco y la Quebrantahuesos (España) son algunos de los objetivos que tiene en la mira. 

 

Edmar Papá, …un fanático y apasionado del ciclismo que decidió vivir de algo relacionado con el medio a pesar de las dificultades, se volvió maestro de CYCLE y generador de conocimiento, como es el caso de Marco, a quien le descubrió su gran capacidad de absorber las distancias largas. 

Es sorprendente mirar de cerca historias como ésta, llenas de kilómetros, de lucha y superación humana, de cómo se puede llevar al límite no solo el cuerpo, sino el alma, y encontrar la madurez en un juego, siendo un niño jugando a ser grande, o a veces ser grandes jugando a ser niños, pues en el mundo del ciclismo todo puede suceder.

 

Jackson Goldstone

Su menos de metro y medio de altura no le impide ser uno de las grandes promesas del ciclismo a nivel internacional.

 

Cuando caminamos por la calle y vemos las nuevas generaciones deambulando como zombies, totalmente ensimismados en las pantallas de sus teléfonos; los escuchamos hablar de los videojuegos que están de moda y el tiempo que le dedican cada día para pasar al nivel X. Entonces nos preguntamos si alguno de ellos ha experimentado la emoción de montarse en su bicicleta y salir a buscar nuevas rutas o sentir la adrenalina fluir por todo su cuerpo después de haber hecho un obstáculo que, de tan solo pensar en él,  te mantiene despierto por las noches. 

 

De pronto todo cambia, nuestros ánimos empiezan a levantarse, al ver a un chiquitín de 10 años con mechones de pelo rizado que se asoman de su casco POC naranja eléctrico. Con una estatura de apenas 135 centímetros y un peso de 25 kilogramos, es increíble lo que Jackson Goldstone puede realizar en su bicicleta. La primera vez que apareció en nuestro radar, fue hace seis años. Nos encontramos con un video de una perinola de cuatro años en una bicicleta sin pedales, de esas que han causado furor en años recientes entre los padres que están iniciando a sus chavales en el mundo de las dos ruedas, haciendo ya piruetas y saltos dignos de dejar a cualquiera con la boca abierta. A lo largo de estos años lo hemos seguido de cerca, viéndolo pasar de su bicicleta de pedales a una de rodada 24, asistiendo a los campamentos de WoodWard, tomando consejos de Brandon Semenuk, marcándole  el paso a Tyle McCaul y demás. ¡Sobra decir que ha sido algo increíble y nos emociona ver lo que el futuro tiene reservado para él!

 

Jackson vive en Squamish, pueblo muy cercano a Whistler, la Meca del ciclismo de montaña en British Columbia. Sin duda, habitar aquí ha influido enormemente en su pasión por las dos ruedas, “si viviera en Hawai, seguramente tendría una tabla de surf en la cochera!”, apunta en una entrevista para BIKE. “Half Nelson y Angry Midget son de mis senderos favoritos aquí en Squamish. Pero hay tantos, que mis gustos varían constantemente. A Whistler vamos súper seguido y mi sendero favorito ahí es Top of The World, la vista desde este sitio es increíble. Estar en las montañas es como encontrarse en casa para mí, me siento muy a gusto estando ahí”. 

 

Con apenas dos años de edad, este chiquitín le daba la bienvenida a este nuevo estilo de vida: “Unos amigos me prestaron una bicicleta sin pedales. No me acuerdo de mucho, pero he visto videos y se nota que me la estaba pasando súper bien, brincando en charcos, bajando escalones y demás monerías!”, recuerda. 

Como cualquier otro niño de su edad, Jackson tiene más actividades que forman parte de su vida diaria. Toca el piano, la guitarra y le encanta jugar futbol. Pero el hecho de que sus papás y hermana mayor también anden en bicicleta, logra que esta actividad encabece su lista de cosas favoritas que le gusta practicar. 

“Un día normal para mí significa ir a la escuela, lo que ocupa la mayor parte de mi tiempo. De lunes a viernes participo en carreras de BMX y ando en bici de montaña los otros días. No veo nada de televisión y mi comida preferida es la pizza de queso de ‘Misty Mountain Pizza’, en Whistler”.