¿Frío o calor?

 

 

Cuando te golpeas o aparece una lesión es muy habitual recurrir a la técnica de aplicar frío o calor en las zonas afectadas. Pero ¿realmente sabes lo que hace cada una? y lo más importante ¿funciona?.

 

El frío tiene un efecto vasoconstrictor, esto significa que reduce la cantidad de sangre y por tanto la inflamación y el dolor pero también disminuye la flexibilidad de la zona afectada. Por el contrario, el calor provoca que llegue más sangre a la zona adolorida y con ello más nutrientes y oxígeno, además de que ayuda a eliminar los productos de desecho (toxinas, anticuerpos, glóbulos blancos, etc.) 

 

En fin, el consejo final es que si vas a mantener el reposo te apliques hielo y si debes de mantenerte activo utilices calor. 

 

 

  Frío Calor
En general 10 min. Después de entrenar 20 min. Antes de entrenar
Después de una lesión Durante las primeras 24-48h. 20 min. En intervalos (frío, descanso, frío, etc.) al menos 3 veces al día. Ponte hielo lo antes posible después de haber sufrido la lesión.  Aplícalo durante 20 min un día después de una lesión leve y 48 horas después si es una lesión grave. 
Cómo se aplica Envuelve hielos dentro de una toalla, con un gel de los que puedes congelar o masajear la zona directamente con un hielo. Coloca la bolsa de calor sobre la zona afectada sin aplicar presión
Precauciones Si aplicas directamente sobre la piel hazlo con extremo cuidado y no lo hagas durante más de 20 min seguidos No apliques cuando tengas raspones, quemaduras o cualquier lesión que haya dejado piel «viva» de forma expuesta

 

Combinados: 48 horas después de lesionarte. Alterna ambos métodos, 10 min c/u. Mientras te bañas puedes realizar estos intervalos (2 min agua fría, 2 min agua caliente y así sucesivamente). Esto permite controlar la inflamación (agua fría) a la vez que activa la circulación sanguínea (agua caliente).