Etapa 4: Día de sorpresas en el Giro d’Italia.

 

 
Foto cortesia de http://www.giroditalia.it/

 Día soleado en la costa calabresa, con dos puertos de 3ra categoría antes de llegar a Praia A Mare. De rosa arrancó Kittel, con ese aire místico que tanto ha gustado a los italianos, que le ven de rosa como a un Apolo, y que en su estilo de correr ven a uno más cercano a sus grandes leyendas. Lo cierto es que el alemán sabía que hoy tenía todo menos certeza de mantenerse de líder, ya que el final se prestaba para ataques en pendiente y aún más, para las primeras pinceladas de los artistas que van más allá, buscando la gloria eterna de la general y no la efímera apoteosis que supone una etapa. 200 kilómetros, pues, con oportunidades para todo.

La primera fuga del día, sin implicaciones en la general, fue absorbida durante la primera hora de carrera bajo el cálido sol de la costa calabresa, que acompañaba a lo lejos la carrera con las olas del mar. El pelotón, también constante, se mantuvo compacto hasta que el pavimento comenzó a dejar de ser plano, con los equipos de los sprinters abriendo paso a los especialistas en clásicas, a esos que como el Lampre, vienen específicamente a por una etapa. La montaña rusa de emociones y esfuerzo fue purgando a un grupo cada vez más selecto, en el que no se involucraron los artistas principales de la obra, pero en el que aparecieron las estrellas del papel secundario, los que se llevan la etapa y lucen hoy, probablemente más que nunca, una sonrisa de sufrimiento al llegar a la meta. Al fin y al cabo, para muchos puede significar cumplir el objetivo del equipo.

Los últimos 10 kilómetros se presentaron extenuantes para el toscano Diego Ulissi, joven corredor con antecedentes tanto inspiradores, como su admiración por Bettini, como escandalosos, con antecedentes de suspensión por dopaje, de alguna vez que su muestra presentó niveles más altos de lo permitido de salbutamol. Fugado en solitario, el especialista de clásicas llegó con el tiempo controlado, con el pelotón a varios metros por detrás, con el jersey cerrado y con la satisfacción de haber tachado la primera meta del equipo.

Dumoulin, por otra parte, se mantenía constante, y sin ser primero en llegar, era el que mejor detenía el cronómetro general, ese que sigue corriendo con los días, y después con las semanas. Líder y e nuevo de rosa,

Kittel, por su parte, sufría más atrás su propio infierno. De rosa, sus piernas de sprinter se mantenían pedaleando, dejando segundos a cada pedalazo de subida. Sufrió hoy 8 minutos más que el primero en cruzar el arco rosa, pero ahora puede presumir de haber rodado de rosa por la costa italiana, cosa negada a glorias que se van, como es el turno este año de Fabian Cancellara.

 

La clasificación del día queda de la siguiente manera:

  • Maglia Rosa Tom Dumoulin (Team Giant – Alpecin)

  • Maglia Rossa, líder de la clasificación por puntos: Marcel Kittel (Etixx – Quick Step)

  • Maglia Azzurra, líder de la Montaña: Damiano Cunego (Nippo – Vini Fantini)

  • Maglia Bianca, líder de la Clasificación de los Jóvenes: Bob Jungels (Etixx – Quick-Step) a 20″