ATACA LAS RAÍCES

 

Por Haitman Rivas Y Mike Maldonado 

Muchos de nosotros hemos tenido la dura experiencia de encontrarnos en medio de una zona de raíces que van en todas direcciones, y cuando está lloviendo o el terreno es húmedo, se convierte en un camino totalmente desconocido y en el que probablemente tengamos que bajar la velocidad o hasta detenernos totalmente para descifrar ese crucigrama. Sigue estos consejos y tal vez entiendas un poco más sobre este tema, que para muchos es un gran reto. 

  • Antes de rodar ese obstáculo o sección nueva, procura siempre echar un vistazo a pie y analizar las posibilidades que más te convengan desde un punto realista, de acuerdo a tu nivel y capacidades sobre la bici. Si deseas hacer algo que nunca has realizado, asegúrate de ir con alguien que pueda auxiliarte en caso de sufrir algún accidente. 

 

  • Ataque. Algo característico de los lugares llenos de raíces son las distintas direcciones en que éstas aparecen, pues cada una es como un riel que te puede mandar a cualquier lado. Decidir correctamente tus líneas es crucial. Una vez frente al obstáculo, recuerda levantar ligeramente la llanta delantera para evitar que ésta te jale hacia otra dirección. Repite este movimiento cuantas veces sea necesario en la zona complicada. En este punto sólo debes preocuparte por la llanta delantera, ya que la regla dice que una vez que atravieses la parte frontal, la trasera pasará en automático. 

 

  • Dentro de la zona de obstáculo, es importante sobre todo cuando el terreno es húmedo, soltar tus frenos y hacer el intento por no tocarlos hasta salir del área, porque un pequeño toque a éstos puede provocar que la llanta resbale en dirección a la raíz y te mande al piso. Si no te sientes seguro con este tip, inténtalo liberando sólo el freno delantero y, una vez que ganes confianza, instintivamente soltarás del trasero. 

 

  • Para evitar que las llantas resbalen con las raíces, intenta no dejar caer tu peso totalmente en la bici. Realiza un movimiento parecido al del bony hop sin des- pegar las llantas del suelo, esto te ayuda a no producir demasiada fricción con las raíces y poder manejar sobre ellas. Es importante elegir una línea en donde las raíces estén perpendiculares a las llantas. 

 

  • No muevas la dirección del manubrio tan drásticamente, esto se controla sosteniendo el manillar con gran fuerza. Una vez que domines este tipo de obstáculos, notarás un incremento exponencial de tu manejo. 

 

Foto Haitman Rivas