Una pasión de la infancia convertida en un triunfo olímpico

 

Nuestro país se caracteriza por ser uno de los que menos talento deportivo aporta al ciclismo. Con los dedos de las manos podemos contar a los exitosos e internacionales que han destacado en años anteriores en México, esto en el ciclismo varonil; cuando de mujeres se trata, menos podemos pensar en sumar decenas de ciclistas exitosas.

Belem Guerrero es una de las pocas que podemos mencionar en nuestro histórico, multimedallista en Juegos Centroamericanos y medallista en Juegos Olímpicos de Atenas 2004, la originaria de Nezahualcoyotl, Estado de México, brincó del triciclo con el que jugaba cuando era niña para ser una de las mejores representantes nacionales en la prueba por puntos.

Desde pequeña estuvo involucrada en el deporte, practicó gimnasia, natación y para 1980 fue parte de las carreras dominicales infantiles. 10 años después de pasar su vida sobre ruedas, comenzaron los éxitos: “seis días de pista” en la que fue primer lugar, “tres días de pista”, prueba que también ganó.

El palmarés de Belem es amplísimo, conjuga prueba nacionales como internacionales, destacando un octavo lugar en el Mundial de ciclismo, en Palermo, Italia; en ese momento apenas llegaba a los 20 años de edad y ya se perfilaba como una de las pedalistas más destacadas de nuestro país.

“La primera vez que trabajé con ella me sorprendió, es muy fuerte, sobre todo en las piernas y en estos tres años esa fortaleza la ha incrementado. Además de fuerza física también lo es de carácter y en el gimnasio se impone; sin embargo, es muy disciplinada”, comenta Pedro Sánchez Soto en una entrevista luego del retiro de Belem.

Y es que sólo así es como se puede forjar carácter para subirse a un podio olímpico, como lo hizo Guerrero después de una fallida participación en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 (quinto lugar en la prueba por puntos). Fue en la prueba por puntos en la que destacó en Atenas con 14 puntos para colgarse la presea plateada, sólo superada por la rusa Olga Slyusareva con 20 puntos. Pero ése fue el año dorado para ella, tuvo la mejo clasificación en la Copa del Mundo del Ciclismo de Pista y grabó su nombre en los anales deportivos del ciclismo mexicano.

“No hay palabras para decir qué se siente tener una hija triunfadora, nada más se siente aquí dentro”, decía Don Camilo luego de los éxitos de su inquieta hija.

3 años después de su logro olímpico, Belem comenzaba su despedida del ciclismo con una plata en la prueba de ruta y bronce la carrera por puntos en los Juegos Panamericanos. Así, con decenas de éxitos en el ciclista, colgó la bicicleta para enfocarse en desarrollar nuevo talento y seguir impulsando el deporte desde una nueva trinchera: su escuela de ciclismo.